viernes, diciembre 9
Sólo soy un voto...

Este domingo, tipín una, una y media, los que deseen encontrarme pueden buscar cerca de la mesa 111, del Liceo Cervantes (en Agustinas con García Reyes). Ahí estaré, tratando de capear los 32 grados que se pronostican, lavándome el pulgar en las piletas del pasillo al costado del gimnasio, pensando en cómo invertir buenamente las dos lucas de feria que tengo y contenta de haber votado por Hirsch para Presidente.
Mi voto, como el de tantos otros, será, más que un "voto castigo" para la concertación, un voto por la capacidad de encantar de la propuesta del Podemos. Ver a Hirsch hablando de la contaminación de nuestro Chile, del DERECHO a la salud, del DERECHO a la educación y de la posibilidad real de construir un pais más justo, me emocionó. Y de nuevo sentí que tenía sueños.Que las cosas puede ser mejores. Que "tengo derecho a ser feliz", como cierra el himo del pacto.
Tengo súper claro que no va a ganar, que ni siquiera superará a Lavín (qué tontos que somos a veces), pero que el porcentaje de soñadores será alto, más de lo esperado.